Veamos el impacto del alcohol, su origen, cantidad, forma de consumirlo y demás al respecto del cáncer y la enfermedad cardiovascular. Así pues…
Opinión de la OMS (2014) sobre alcohol y cáncer:
En la página 12 del informe en cuestión se puede leer textulamente:
Se ha identificado el consumo de alcohol como cancerígeno en los siguientes tipos de cáncer: oral, nasofaringe, faringe, orofaringe, laringe, esófago, colon, recto, hígado y mama en mujeres. Además, es probable que cause cáncer de páncreas. A mayor consumo, más aumenta el riesgo de todos estos tipos de cáncer, teniendo en cuenta que incluso un consumo tan bajo como el de una bebida o menos al día implica el aumento significativo de algunos tipos de cáncer, como por ejemplo el cáncer de mama en las mujeres.
Opinión de la OMS (2014) sobre alcohol y enfermedad cardiovascular:
La relación entre el consumo de alcohol y las enfermedades cardiovasculares es compleja. El efecto cardioprotector beneficioso de niveles bajos de consumo de bebidas alcohólicas para la enfermedad isquémica coronaria y el ictus isquémico desaparecen en el momento que hay ocasiones en las que se produce un consumo elevado. Por otra parte, y con independencia de la pauta de consumo [moderada vs elevada] el consumo de alcohol implica efectos perjudiciales sobre la hipertensión, la fibrilación auricular y el accidente cerebrovascular hemorrágico.
Todo ello sin mencionar otras enfermedades (neuropsiquíatricas, gastrointestinales, infecciosas…) para las cuales el consumo de alcohol (en relación o no con el patrón de consumo) implica un aumento importante del riesgo… y por no hablar de otras circunstancias que propicia su consumo en relación con la posibilidad de causar lesiones voluntarias (suicidio, violencia…) o involuntarias (accidentes de tráfico, laborales, etc).