Esta semana, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ha acreditado por primera vez a un centro local para producir una vacuna contra el VIH/SIDA, la Universitat de Barcelona (UB), quién lo aplicará a 36 pacientes como primer ensayo en septiembre. A raíz de esto, no podemos evitar preguntarnos, ¿por qué no existe una vacuna contra el sida?
EL VIH/SIDA tiene una incidencia de 8,5 personas por cada 100.000 en España, y casi un 70% de los nuevos casos se deben a que los infectados no saben que lo están. Se estima que en España hay entre 20.000 y 30.000 personas con VIH sin diagnosticar y cada año se infectan 3.000 más. Esto hace fundamental a los cuidados, y la posibilidad de una vacuna contra la enfermedad sería una solución a todo este problema.
"Hay gente a la que se le diagnostica el sida cuando lleva 10 o 15 años infectada", lo que empeora su calidad de vida y aumenta la transmisión del virus.
Este grupo de personas "de alguna manera mantiene la epidemia" y son "parcialmente responsables de que se siga manteniendo el alto número de infectados que hay en España", afirma Juan Carlos López Bernaldo de Quirós, médico de la Unidad de Enfermedades Infecciosas y VIH del Hospital Gregorio Marañón de Madrid.
Existe un debate sobre cómo aflorar estos 50.000 casos. Se han propuesto varias estrategias: hacer un test a quienes acudan al médico de forma rutinaria, a quienes muestren síntomas o a quienes reconozcan que mantienen relaciones sexuales sin protección.
La Universidad de Barcelona (UB) es el primer centro en España acreditado por la Agencia Española de Medicamentos para producir fármacos de terapia avanzada con el virus del sida, que se empezará a ensayar el próximo mes de septiembre con 36 pacientes del Hospital Clínico de Barcelona.
Los medicamentos se producirán en la sala blanca de la Unidad de Investigación y Desarrollo que la UB tiene en su Facultad de Medicina, la única en Cataluña que ha sido acreditada por la citada Agencia y que cumple la normativa de correcta fabricación.
En España el Ministerio de Sanidad calcula que hay entre 130.000 y 160.000 personas con VIH. Alrededor de un tercio de estos infectados lo desconoce. Este antirretroviral se usa para su tratamiento por lo que es imposible conseguirlo si no es por prescripción médica. Aunque su tráfico es residual, su nombre empieza a resultar familiar en algunos círculos, principalmente gais. Ya hay quien empieza a interesarse por la Truvada. “¿Cuántas quieres?”, pregunta el camello al otro lado del teléfono. Tras varias semanas intentando comprar en Madrid estas pastillas de color azul, una persona en una red de contactos sexuales dice que las tiene. “Pero hay que tomarlas con cuidado”, advierte el propio camello.
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